The Royals: Los golpes y las flechas de la injusta fortuna

SINOPSIS

Liam y Eleanor pasan el fin de semana en una villa de Mónaco con amigos, incluyendo a sus primas y a Gemma, la exnovia de Liam. Mientras el príncipe intenta que su relación con Ophelia se consolide, la princesa se encuentra con un viejo romance.Anarquía en la monarquía. "The Royals" es una serie provocadora y gamberra que sigue los avatares de una ficticia familia real británica de lo más disfuncional, inmersa en un mundo de opulencia, caprichos y protocolos, siempre bajo la atenta mirada de los medios sensacionalistas.Eleanor, la princesa, es carne de paparazzi gracias a sus desfases en las fiestas y sus devaneos con las drogas. Liam es un príncipe encantador más preocupado por los escarceos sexuales con una joven americana, hija de un jefe de seguridad de la casa real, que por los asuntos de Estado. Y el rey Simon insiste en convocar un referéndum para abolir la monarquía y aliviar sus funciones. Todo se revoluciona en la familia cuando el hermano mayor, el príncipe Robert, muere en un accidente militar, dejando a Liam como heredero legítimo del trono. Ante este panorama, la manipuladora y viperina reina Helena, la auténtica cabeza de familia, no duda en utilizar todas sus armas para mantener el poder y defender lo que es suyo."The Royals" está protagonizada por la explosiva Elizabeth Hurley ("Al diablo con el diablo", "Colgado de Sara") en el papel de la reina Helena, una mujer de armas tomar que representa la antítesis del concepto de reina inglesa. Completan el reparto William Mosely ("Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario"), Alexandra Park ("Home and Away"), Tom Austen ("Jo", "Grantchester"), Jake Maskall ("Gente de barrio"), Vince Regan ("300", "Troya") y la veterana Joan Collins, diva de la televisión rescatada de "Dinastía", como madre de la reina, aún más venenosa y mordaz en sus comentarios."The Royals" es irreverente, desvergonzada y atrevida, con el morbo añadido de retratar sin pelos en la lengua a la institución británica por excelencia: la monarquía, caldo de cultivo de traiciones, sospechas, puñaladas traperas, conspiraciones, enredos amorosos y peleas de divas.