SINOPSIS
Han pasado cinco años desde que Nancy Thompson libró su última batalla con Freddy Krueger en la siniestra casa de Elm Street. La familia Walsh acaba de mudarse allí. Casi enseguida Jesse, el hijo adolescente de 17 años, empieza a tener horribles pesadillas. Hay algo vivo y diabólico en la casa. La cocina, que bruscamente estalla en una llamarada, un pájaro se convierte en homicida, atacando a la familia y, finalmente, explota ante ellos... Jesse le confía todo a Lisa, su novia, para intentar averiguar que está pasando. Ambos recogen rumores y viejos artículos de periódicos, refiriéndose al pasado homicida de la casa, y descubren todos los detalles siniestros de Freddy Krueger, el asesino de niños, quién fue quemado vivo por los ciudadanos unos años antes. Mientras tanto, las pesadillas de Jesse se van convirtiendo en una terrible realidad y, como una cosa real, también Freddy Krueger aparece en la oscuridad, susurrando tétricas amenazas. En una pesadilla sangrienta, Jesse se encuentra a sí mismo observando el brutal asesinato de su profesor de gimnasia Coach Schneider. Jesse visita a su amigo Grady y le ruega que permanezca despierto con él. Pero Jesse se dobla en dos debido a un terrible dolor y Grady se despierta justo para ver a Freddy abriéndose paso a través del cuerpo de Jesse. Freddy, que acaba de materializarse en el mundo real a través del cuerpo de Jesse, alarga la mano y en unos segundos Grady cae muerto. Una ola de terror se sucede. Freddy irrumpe en una piscina donde se celebra una fiesta, lanzando llamas y alcanzando a los jóvenes que asisten a ella. El padre de Lisa, intenta disparar a Freddy, pero Lisa, que sabe que en realidad es Jesse, le detiene. Freddy se aleja y Lisa le sigue, convencida de que su amor por Jesse salvará a éste de la pesadilla de Freddy. Pero ya es demasiado tarde y Freddy demasiado fuerte.Primera secuela del gran éxito de Wes Craven, que aquí iniciaba ya su andadura como la mejor saga de terror de los 80 y 90. Futuros directores de éxito como Jack Sholder ("Oculto"), Chuck Russell ("La máscara"), Renny Harlin ("Máximo riesgo") o Stephen Hopkins ("Depredador II") utilizaron como rampa de lanzamiento de sus respectivas trayectorias profesionales esta popular saga. El primer citado se responsabiliza de dirigir esta secuela del exitoso filme original, sin salirse del modelo que le sirve de base. Aquí ya Freddy Krueger, comienza a incrementar su protagonismo, en detrimento de los jóvenes adolescentes hasta erigirse en la indiscutible estrella de la historia. Al mismo tiempo, el peculiar clima onírico-surrealista creado por Craven va cediendo terreno en favor de una mayor truculencia y efectismo.