SINOPSIS
Viviendo en una España convulsa por la guerra y posterior “transición” y adentrado en una Iglesia llena de cambios y nuevos horizontes a través del Concilio Vaticano II, este gran hombre supo ser la voz que recordase a las almas que, por encima de hombres, circunstancias y críticas, la Verdad es una: Cristo. Mons. José Guerra Campos dejó toda una estela de sabiduría, amor a Dios, humildad, pobreza y entrega por las ovejas que el Señor le confió como pastor, especialmente en la diócesis de Cuenca (España).